30.5.03

Diversi modi per affrontare un aggressore

Uno se acostumbra a todo. A mirarse al espejo y encontrar la imágen de un batracio descontento con la situación socio-económica, a despertarse en lo mejor del sueño, al dolor de cabeza, a los temblores, a pisar soretes de perro, a extrañar, a conformarse.
Uno se acostumbra.
Pero esta pringosidad, esta cosa pegotosa y los mosquitos, esta atmósfera de ni fu ni fa, esta ristra de lugares vacuos, esta elementalidad que se respira en estos momentos.
A todo esto, uno no se acostumbra fácilmente.
Por eso, en días como el de hoy en los que el esternón ruge como un bicho bolita agazaàdo, a mi me da por rotular verdeos con mi peipermeit ultra-flux gestaldtica. Es divertido. Los marco con diferentes colores según la ideo-sin-cracia de cada uno y me quedo mirándolos embelezada, durante horas.
Muchas veces sucede que después comienza a llover y uno sale como loco a Cabildo a aprovechar las ofertas waterland. Compra jins y compra individuales del cuadro de fútbol preferido. Compra acelgas for sale.
Es lo que tiene la vida moderna. No hay tiempo para pequeños actos de sublimación. Todo es consumo y llegar dos minutos antes que tu vecino.
Por eso ahora aprovecho lo pringoso, pongo en fila los verdeos y les rezo una plegaria que dice así:

"Agro pitas, er sumun dae coleopterus dei
Munich de Belgrano, pele pele ergo sum
Toxic afro rolipeinezco in love, in love,
siempre in love."