17.6.02

Hay días en que pareciera que todo te esquivara. Uno pasa como si fuese una ballena y tuviera esa capa aceitosa impermeable recubriendo toda la piel. En esos días, lo mejor es tratar de pasar desapercibidos, meterse debajo de la mesa, leer un buen libro, pintar un cuadro. Hacer alguna cosa que requiera de la introspección más absoluta. Son días para aprovechar y estar sólo con uno.
Hoy fue uno de esos, y sin embargo no me encontré conmigo ni por un segundo. Creo que también he estado esquivándome.