21.5.02

Aún no le encuentro un fin determinado a esta cuestión del blog. Creo que ayuda a seguir agravando mis dispersión habitual. Medio me aburre ya. Ese es el problema de repartirse entre tantos lugares sin tener ningún fin determinado en cada uno, que los diferencie, pero, a la vez sabiendo que el fin es el mismo y uno solo.
Me gusta el blog de Yael. Sus pastillajes. Es perfecto ese reciclado de cosas que está haciendo.
Querría tener un motivo así para escribir aqui, pero sucede que no me queda mucho por reciclar. Suelo dejar que las cosas mueran y siempre estoy comenzando otras que también moriran. No creo que nada tenga arreglo. Por eso me parece maravilloso lo que ella hace.
El día que deje de moverme en la desidia más anárquica y que tenga algún propósito que pueda cumplir a rajatabla, tal vez logre sentirme satisfecha con algo. O todo lo contrario.
Tuve mucha más suerte de la que merecí. Por eso es que con mi estricto sentido de justicia, decidí pagarla y la estoy pagando. En el fondo tiene como algo místico este asunto. son como votos de castigo. Comprendo muchas más cosas accesorias, pero jamás termino de entender lo importante, ¿o es que no lo hay?
Esta mañana recibí el spam de despegar.com y sentí que mi almita volvía a volar por Iberia.
Me gustaba más como era antes. Cuando solo había pequeños síntomas neurasténicos que exasperaban. Ahora no sé que es. Pero, tambien un poco, eso me gusta.
¿Se entiende? No, ya sé que no.
No te pido que me sigas si no podés. Además, si lo hicieras, no tendría ningún sentido.
Desde ayer, en que decidí no usar más corpiño, me siento mucho más libre.