28.3.02

Una de las manifestaciones populares que a mi más me han impresionado siempre por su inutilidad, incluso aún más que esto de los blogs, es la del día de San Cayetano, el Santo Patrono del trabajo. Con la crisis y los espeluznantes índices de desempleo, la aglomeración de gente que se reúne para llevarle una vela al muñeco de yeso pintado de las iglesia y pedirle por trabajo, es año a año más lamentable, bochornosa y ocupa cada vez más cuadras y cuadras de largas colas de gente que se parapeta con carpas, sillitas, banquitos desde semanas antes, para poder llegar al templo el día 7 de Agosto, si no me equivoco.
Muy triste y muy absurdo. Lo cierto es que también tiene su costado positivo. Si de trabajo se trata, este evento genera innumerables fuentes del mismo. Vendedores de todo tipo de fetiches y “hacedores de cola” pagos.
Ayer estuve viendo en el noticiero, la nueva manifestación de la vergüenza. Larguísimas filas de gente, apostada desde la noche anterior para comprar dólares, antes de que llegue a mil millón. Una forma de perder un cachito menos de todo lo perdido, o mejor dicho, algo así como ir al negocio donde el reducidor vende el televisor que te robaron, y comprarlo.
También esto genera empleo, no crean. 50 mangos por hacer la cola; 10 mangos por el alquiler de la reposerita, cafeteros y vendedores de gaseosas por doquier.
Son las buenas acciones del gobierno.
Y ahora los dejo, me voy a hacer la cola, que Casa Piano abre dentro de ocho horas.