1.3.02

Me ha sucedido algo maravilloso.
Dormí 14 horas casi de corrido. Llevaba desde hace un tiempo un promedio macabro de tres horas diarias y por un momento pensé en escribir una carta de despedida con copia a Vindicador y Dilettant; les iba a contar que pensaba suicidarme de un modo grandilocuente como por ejemplo lanzarme desde el paddock del hipódromo de San Isidro, hacia la pista justo en el momento en que se vienieran los pingos arremetiéndo con mi pobre humanidad insomne. Había pensado también llevar un cartel que rezara "Sr Juez: No se culpe a nadie.
He decidido terminar con mi vida, porque he vivido más de la cuenta". todo este acto monumental, con música de los Bauhaus de fondo y las cámaras de Crónica TV captando cada detalle: la caída en cámara lenta y luego la desmembración de mi cuerpo perpetrada por los caballos; sangre, visceras, masa encefálica enchastrando la pista, unas toma de los ojos impávidos de los burreros de la popular y fundido a negro.
Pero se me cagaron los planes, porque hasta el sábado no había una carrera importante y anoche dormi 14 horas casi de corrido. Con esto puedo decir que he aumentado considerablemente mi promedio y eso es una buena razón para seguir viviendo. O no?